Event Summary
The new radio and television license tender, although currently suspended by the Constitutional Chamber, threatens to harm media diversity. On 26 June 2024, the Government instructed the Telecommunications Superintendent (SUTEL) to initiate a tender process to update concession prices and modernise radio spectrum management, given that current radio and television concessions remain at very low prices and were set decades ago. The process was officially launched on 5 November 2025, with the ministry responsible for telecommunications (MICITT) highlighting it as a step towards strengthening transparency and democratisation of the spectrum.
However, the design of the tender generated considerable controversy. SUTEL defined the base prices by benchmarking them against tenders in other countries including the United States, which resulted in unusually high entry prices for the Costa Rican market. Several experts pointed out that insufficient studies had been conducted on the economic capacity of local operators.
When the deadline for submitting bids closed on 21 November 2025, there were only bids from four television channels and 21 radio frequencies, leaving most regional, cultural and community frequencies unclaimed. This meant the possible disappearance of numerous local media outlets unable to bear the high costs.
Organisations such as IPLEX denounced the process as a threat to freedom of expression, arguing that the high prices and technical requirements exclusively favoured large conglomerates, creating risks of media concentration and reducing plurality of information. The National Radio Chamber (CANARA) and the University of Costa Rica also requested that the process be suspended, warning of the impact on religious, cultural, SMEs and community media.
On 26 November 2025, the Constitutional Chamber ordered the precautionary suspension of the auction, considering that there was a risk of ‘severe damage’ to the broadcasting ecosystem, given the low participation and the potential impact on access to information and freedom of expression.
La nueva subasta de licencias de radio y televisión, aunque actualmente suspendida por la Sala Constitucional, amenaza con perjudicar la diversidad de los medios de comunicación. El 24 de junio de 2024, el Gobierno instruyó a la SUTEL a iniciar un proceso de subasta para actualizar los precios de concesión y modernizar la gestión del espectro radioeléctrico debido a que las concesiones de radio y televisión actuales se mantienen con precios muy bajos, fijados hace décadas. El proceso lanzó oficialmente el 5 de noviembre de 2025, y MICITT lo destacó como un paso para fortalecer la transparencia y la democratización del espectro.Sin embargo, el diseño del concurso generó una fuerte controversia. La SUTEL definió los precios base mediante benchmarking con subastas en otros países, incluyendo Estados Unidos, lo que produjo montos de entrada inusualmente altos para el mercado costarricense. Diversos especialistas señalaron que no se realizaron estudios suficientes sobre la capacidad económica de los operadores locales.Cuando cerró el plazo para presentar ofertas, el 21 de noviembre de 2025, solo habían propuestas para 4 canales de televisión y 21 frecuencias de radio, dejando desiertas la mayoría de las frecuencias regionales, culturales y comunitarias. Esto implicaba la posible desaparición de numerosos medios locales incapaces de asumir los altos costos.Organizaciones como IPLEX (25 de noviembre de 2025) denunciaron que el proceso constituía “un golpe a la libertad de expresión”, pues los altos precios y requisitos técnicos favorecían exclusivamente a los grandes conglomerados, generando riesgos de concentración mediática y reduciendo la pluralidad informativa. La Cámara Nacional de Radio (CANARA) y la Universidad de Costa Rica también solicitaron suspender el proceso, advirtiendo el impacto sobre medios religiosos, culturales, PYMES y comunitarios.El 26 de noviembre de 2025, la Sala Constitucional ordenó la suspensión cautelar de la subasta al considerar que existía un riesgo de “daños severos” para el ecosistema de radiodifusión, dada la baja participación y el impacto potencial sobre el acceso a información y la libertad de expresión.